David Pintor es un ilustrador, caricaturista, humorista gráfico y pintor. Nació en A Coruña hace 45 años.
Sus trabajos más conocidos van de la mano de la editorial Kalandraka, donde ha hecho muchas ilustraciones para el público infantil.
Ha ilustrado en diversos soportes como tazas, juguetes, viñetas en distintos periódicos y, hasta unos vinilos para la conocida tienda de ropa C&A.
El estilo de David Pintor es muy característico sus dibujos son muy coloridos y nunca suele faltar su alter ego en sus libros. Un dibujo de un hombre alto y delgado que siempre lleva puesto un sombrero y un libro o cuaderno de dibujos en la mano.
A mi me enamoró con su libro “Ciudades de papel” ya descatalogado, y desde entonces no he dejado de seguir su trabajo. Hasta conseguir que la portada del primer libro editado por desayunoconlibros esté ilustrado por él.
Hoy lo entrevistamos.
¿Recuerdas a qué edad comenzaste a dibujar?
No recuerdo cuando fue la primera vez que dibujé porque el dibujo está ligado a mis más antiguos recuerdos.
Yo fui un niño al que desde muy pequeño se le dio muy bien el dibujo. También fui un niño muy tímido, y el dibujo fue una manera de expresarme, de entenderme y de relacionarme con los demás, hasta tal punto que quedó muy unido a mi forma de ser.
¿Te formaste en alguna escuela de bellas artes?
Desgraciadamente no. Una de las complicaciones que tiene el oficio de ilustración es que no está siendo considerado como arte, y por lo tanto ha quedado excluido tanto de los circuitos artísticos públicos como de las enseñanzas universitarias.
Al final ha quedado como un simple apéndice minorizado en la carrera de Bellas Artes o en escuelas pequeñas. Por desgracia, el dibujo fue expulsado de las facultades de Bellas Artes, que es donde debería tener su sitio, y la gente que ha querido dedicarse a ilustrar ha tenido que buscarse la vida en otros lugares. Esta situación está provocando que los más interesantes dibujantes del S.XXI no se encuentren en los catálogos de arte contemporáneo sino en las librerías.
Esta anomalía discriminatoria podría solucionarse a dos niveles: por una parte, la ilustración debería entrar con mucha más fuerza en las facultades de Bellas Artes, y por otra parte, los poderes públicos deberían tomar decisiones para que los museos de arte contemporáneo dejen de estar inexplicablemente cerrados a manifestaciones artísticas como la ilustración, el cómic o la caricatura.
¿Cómo fue tu acercamiento al mundo de la ilustración?
No hubo acercamiento porque el dibujo ha estado siempre ahí.
¿Qué es para ti ilustrar?
Ilustrar puede ser muchísimas cosas: desde una profesión para ganarte la vida a una forma de comprender el mundo y de entenderse a uno mismo, una diversión, una manera de contar historias…
¿Cómo fue el proceso hasta que comenzaste a trabajar profesionalmente como ilustrador?
Fue un proceso muy lento y gradual. Como he comentado, yo dibujaba desde la escuela, y fue poco a poco como fui conociendo a personas, a recibir encargos, hasta que un día, casi sin darme cuenta, me di cuenta que estaba ganando el dinero suficiente para vivir.
La mayoría de tus ilustraciones son para el público infantil, ¿por qué?
En 2007 mis ilustraciones fueron seleccionadas por primera vez en la muestra internacional de la feria del libro infantil de Bolonia. Un reconocimiento muy importante, pues permite que tu trabajo sea visto por directores de arte de todo el mundo. Éste fue un momento muy importante para mí, porque me dio muchos ánimos para meterme de lleno en un campo en el que yo acababa de empezar.
Yo empecé profesionalmente en el dibujo en 1993 a través del humor gráfico pero la literatura infantil era un terreno totalmente nuevo para mí. Desde ese año, he ido profundizando en esa disciplina hasta convertirse en mi principal ocupación a día de hoy.
¿Cuál es el libro ilustrado que más éxito de ventas ha tenido, y cuál es el que más te gusta a ti?
Es difícil saber cual de mis libros ha vendido más, pero seguramente sean los libros de viajes que estoy publicando en Kalandraka. Una colección de libros que estoy dedicando a diferentes ciudades a las que he viajado ( Barcelona, Compostela, Lisboa y Venecia ) y que se han convertido en libros que se reeditan y que siguen vivos en las librerías muchos años después de su publicación, lo que hoy en día, es algo bastante difícil.
¿Algún proyecto inmediato?
Ahora mismo estoy muy centrado en una cosa: crear mis propios libros, mis propias historias. Desde que nació mi hija hace 4 años, me he sentido con una fuerza creativa que no he tenido nunca hasta ahora, y esa fuerza me está llevando a querer hacer mis propios libros.
Durante los dos próximos años van a salir 4 libros hechos totalmente por mí, y tengo en mis cuadernos muchas ideas que espero salgan a la luz en el futuro. Después de más de 25 años ilustrando mundos de otras personas, ahora quiero crear mis propios mundos.
¿A qué ilustrador o pintor te gustaría entrevistar?
Me gustaría viajar en el tiempo a la segunda mitad del S. XX y visitar el estudio de Matisse. Pero no le preguntaría nada. Me bastaría con ponerme a su lado mientras dibuja. Siempre digo que el dibujo es para mí una suerte de prestidigitación. De la misma manera que nos quedamos embobados ante un truco en el que se suceden fenómenos extraordinarios e inexplicables, así me quedo yo cuando veo a alguien dibujar. Y para mí, no ha habido un mago más grande en la historia que Matisse.
¿Qué es para ti el éxito en la vida?
Tener o no tener éxito en la vida son para mí unas expresiones muy tóxicas. Las veo muy ligadas a formas de pensar que están muy de moda pero que llevan a unas frustraciones brutales.